National Geographic Society - Grandes Enigmas De La Humanidad 01
RESEÑA:
La humanidad tiene una memoria colectiva: la mitología. A través de los mitos todas las culturas elaboran relatos de su pasado, de un acontecimiento, de algo tan asombrosamente raro que su narración debe ser repetida y recordada. Esas historias son parte integrante de la antigüedad de las culturas. Un relato de algo grandioso, que ha conformado la cultura actual. Y ese relato, a través del tiempo, se ampliará y se adornará con cualquier enseñanza moral que venga al caso: todo sucedió a causa de un acontecimiento que fue bueno o malo y que debería o no debería repetirse. Cada cultura y cada narrador escogen su elemento preferido... y de este modo, el relato se expande y crece, hasta que ficción y realidad se fusionan y ya no se pueden distinguir.
Pero para que el mito se haga inmortal y pueda perdurar a través del tiempo y las culturas, la historia debe contener algo tan inusual, tan grande, tan diferente, que no pueda ocurrir demasiado a menudo. Su fundamento no puede estar constituido por un acontecimiento corriente. Platón lo estableció hace ya más de dos mil años: detrás del mito se esconde la realidad. ¿Y qué mejor para ello que una catástrofe natural como una gigantesca erupción volcánica, un enorme terremoto, un tsunami impresionante, una gran inundación? La frecuencia de tales acontecimientos se miden por edades geológicas, alejadas de la duración de las vidas humanas: algo perfecto para construir una buena historia.
¿Y qué mayor mito en el mundo occidental que el de la Atlántida? Platón recoge una gran historia varias generaciones después de que ésta fuera explicada a Solón, el griego, por parte de unos sacerdotes en Egipto, y habla de un desastre de incalculables porporciones que golpió de lleno a una cultura floreciente. Las histoirias sobre una actividad volcánica violenta parecen implícitas en los mitos de Hesíoodo (en la Teogonía y la batalla entre los Titanes y sus hijos, liderados por Zeus) y de Apolonio (en Jasón y los argonautas, cuando navegaban junto a las islas de Thera y Anafi, en el mar Egeo). Como en todos los relatos, los adornos en la narración han ido dsdibujando la realidad. Pero tal vez quede aún un apizca de ella: algo tremedo ocurrió en la antigüedad de la región mediterránea oriental. Y parece que se vinculó con la actividad volcánica y sus consecuencias.
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